Mi recorrido en las artes marciales empezó a los 13 años con Kung Fu, Estilo Garra de Águila, algo que hacía con la pasión y dedicación que permitía la adolescencia. Mientras entrenaba, en la misma escuela se dictaban clases de Tai Chi Chuan a las que miraba de reojo, tenía en mi práctica externa: saltos, patadas, posturas bajas, trabajos en donde se empleaba plena potencia física, etc. todas cosas realmente atractivas para un adolescente. Sin embargo algo había en esos lentísimos e indescifrables movimientos. Me quedaba viendo esas clases y cada tanto pensaba “esto se ve muy bien, cuando tenga una edad en donde no pueda saltar, bajar y patear voy a practicar Tai Chi Chuan”.

Siempre me sentí atraído por la Medicina Tradicional China y al comenzar a estudiarla descubrí que esta existía gracias al fértil taoísmo, ya que este le proporcionaba fundamento con sus leyes y principios. Entonces al profundizar mi estudio sobre ese bello, poético, abstracto, concreto, contradictorio y claro camino de conocimiento, descubrí que el taoísmo era lo que había generado y también daba sustento al Tai Chi Chuan. Y eso cambió completamente mi punto de vista sobre esos movimientos lentos, suaves y que a simple vista pueden percibirse como una gimnasia para la tercera edad, totalmente inofensivos. El taoísmo me resultaba fascinante y aplicado al Tai Chi Chuan mucho más, conceptos claves sobre la práctica como “acero envuelto en algodón” no sólo tienían que ver con generar fortalecimiento interno y relajación superficial (fortalecer huesos y tendones, relajar músculos y hacer permeable la piel), también aplicaba en la marcialidad, el acero puede ser una aguja oculta en un capullo de algodón. Ese algodón son los movimientos suaves y lentos y la aguja, las aplicaciones marciales muy efectivas que esas técnicas no exhiben ni revelan. Como terapeuta, los beneficios del Tai Chi Chuan a la salud me parecen muy importantes y como practicante artes marciales, esta práctica no sólo me parece muy efectiva sino que además pone en juego la creatividad de quien ejecuta las aplicaciones, y el agregado de ser un profundo trabajo de desarrollo y mejoramiento de los aspectos sutiles del ser. Entendiendo todo eso no pude más que abrazar esta práctica y hacer todos mis esfuerzos para que la mayor cantidad de personas pueda acceder a ella.